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Merideños desestiman propuesta de reubicación del patrimonio escultórico

Merideños desestiman reubicar las estatuas de Mérida. Caturem y la Academia de Mérida rechazaron la intención de resguardar preventivamente las esculturas en instituciones públicas y privadas. Solicitan, en cambio, un plan para la reactivación y puesta en uso social del patrimonio escultórico.

Samuel Leonardo Hurtado Camargo. 21/12/2017.

Una vez conocidas las propuestas planteadas por los estudiantes del postgrado de Museología de la Universidad de Los Andes sobre las medidas para el resguardo y protección de la estatuaria merideña, hemos recogido las reacciones de algunas personalidades de la entidad andina, quienes en términos generales han valorado positivamente los proyectos formulados. Sin embargo expresaron la urgencia de llevar a cabo un plan para la reactivación del patrimonio escultórico que contribuya al fortalecimiento de la memoria y de los valores de la identidad del pueblo merideño. He aquí las opiniones:

“Al retirar las esculturas, mutilamos la ciudad”
Bandas roba bronce desmantelan el parque Humberto Ruiz Fonseca, de Merida. Parque Humberto Ruiz Fonseca, patrimonio cultural venezolano en riesgo.

El busto de Carlos Delgado Dugarte exhibe las huellas de intentos de robo. Se ha propuesto mudar la escultura del parque Humberto Ruiz Fonseca, donde se encuentra hoy, al Colegio de Ingenieros o de Médicos de Mérida. Foto Samuel L. Hurtado Camargo,  junio  2017.

La primera en manifestar su opinión sobre las propuestas fue la presidenta de la Cámara de Turismo del Estado Mérida (Caturem), Sandy Antonieta Trujillo Blanco. Primero expuso su preocupación por el estado de abandono de los espacios públicos de la ciudad. Y luego se refirió al vandalismo desmedido de los que han sido víctimas en los últimos meses. Esto ha repercutido negativamente en la promoción de la actividad turística, a tal punto que los miembros de dicha organización han llegado a pensar “que no tengamos qué mostrar a los turistas cuando vengan a Mérida”, aseveró.

Según la presidenta del órgano gremial, con la reubicación de la estatuaria levantada en los parques y plazas de la urbe se estaría “cediendo todos esos espacios a la inseguridad, a los ladrones, a los hampones”. Consideró perentorio reactivarlos, convirtiéndolos en lugares idóneos para la ciudadanía y el turismo. Y sugiere que se realicen actividades culturales y recreativas mediante la participación activa de las comunidades y de los diversos sectores vinculados con la materia.

“Como Cámara de Turismo», -enfatizó Trujillo Blanco, “mi consejo sería mostrar esas zonas como están. No remover las obras, porque al retirar las esculturas les estamos quitando una parte a la ciudad, de la historia a lo que es lo nuestro, a ese sentido de pertenencia que no lo estamos teniendo. Por ello, debemos evocar nuevamente desde las escuelas, a nivel medio y a nivel universitario a fin de crear conciencia en los más jóvenes”. Concluyó su intervención reiterando que trasladar las estatuas, las placas y todas aquellas obras de valor patrimonial y artístico “no es lo más conveniente para la ciudad”.

“Reubicar las estatuas significa que somos inoperantes”
Monumento al doctor Eloy Paredes. Patrimonio cultural amenazado de Mérida, Venezuela.

Monumento al doctor Eloy Paredes, al que proponen mudar de su plazoleta, en la avenida Urdaneta, al edificio central del rectorado de la ULA. Foto Héctor Molina, mayo de 2011.

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Con similares opiniones coincidió Luis Balza, miembro también de la junta directiva de Caturem. Expresó su preocupación ya que, según su punto de vista, ha observado que “se están entregando los espacios públicos al vandalismo, y debería ser lo contrario. Debemos ocuparlos, que se hagan periódicamente actividades. La delincuencia, el vandalismo, se sienten dueños de las plazas y parques de la ciudad porque los hemos cedido progresivamente. Entonces, el hecho de retirar o reubicar las estatuas -por supuesto son patrimonio cultural del estado- significa que somos inoperantes, que no podemos hacer nada”.

¿Vamos a escondernos porque nos están desvalijando? Se preguntaba Luis Balza, a lo que respondió enfáticamente: “nosotros no debemos escondernos, hay que enfrentar la realidad”. A su vez, recomendó la ejecución de un plan de “guerrilla comunicacional” donde se difunda lo que está ocurriendo con los bienes patrimoniales de la ciudad, a través de los cuales se logre concienciar a la ciudadanía. Para ello, sugirió pertinente solicitar el apoyo de la Escuela de Arte de la Universidad de Los Andes, a fin de hacer intervenciones con los estudiantes, y así “poder captar la atención de la gente”

“El traslado de las obras no dista mucho del robo”
Merideños desestiman reubicar las estatuas de Mérida

Ramón Sosa Pérez, director de la Academia de Mérida: «Reubicar la estatuaria es huir hacia adelante». Foto Samuel Hurtado C., 2017.

Por su parte, Ramón Sosa Pérez, director de la Academia de Mérida y asiduo defensor del patrimonio merideño, precisó que si bien el tema no es nuevo, “ni el desvelo por la desaparición de la estatuaria merideña no es una primicia para nadie. Nos preocupa sí que ahora el tema se haya banalizado tanto y que se le quiera convertir en una suerte de misterio, insondable para el común de los mortales que bien pudieran favorecer con ideas e iniciativas que coadyuven en la búsqueda de una respuesta pronta ante la ola de aniquilación que las amenaza”.

Sobre las propuestas formuladas, Sosa Pérez señaló que cada una de ellas son importantes. Pero advierte que la “reubicación de la estatuaria, bajo la excusa de protegerla, conllevaría a despojar a la ciudad de sus símbolos. Acción esta que nos pondría en una situación nada agradable”. Al respecto apuntó que algunas instituciones habían procedido a quitar las estatuas de los espacios públicos sin cumplir con los procedimientos administrativos establecidos en la legislación nacional. “Eso llama la atención –subrayó- porque con la mejor intención de resguardar un símbolo de la ciudad, se lo están llevando precisamente, y no dista mucho de lo que están haciendo los otros señores (ladrones), aun cuando les estamos cambiando el nombre. Es algo así como huir hacia adelante, ¡vamos a guardarlas antes que se las lleve otro! Lo que en la práctica es lo mismo que robársela”. En tal sentido recomendó revisar las normativas vigentes que regulan el patrimonio cultural venezolano. Esto con el fin de constatar los principios que amparan las acciones que se pudieran determinar para la protección y salvaguarda del patrimonio escultórico merideño.

En el mismo orden de ideas, Ramón Sosa puntualizó que llevar a cabo una campaña o una jornada por guardar las estatuas antes de que lleguen los ladrones del bronce, conduciría a “desnudar la ciudad”, un hecho “preocupante” porque no hay claridad sobre el tiempo en que dichos monumentos estarían resguardados: “¿Quién nos dice a nosotros que ahora sí es el tiempo para que no se las roben y hay que restituirlas? No se trata de una temporada, ¡ya pasó la lluvia, el calor y ahora sí vamos a reubicar las estatuas porque los ladrones se fueron¡ ¡ya desaparecieron de la ciudad¡ Nadie nos lo va a decir”.

«Debilitaríamos una de las grandes fortalezas de Mérida”
Plaza rangel de Mérida. Monumento a Antonio Rangel. Patrimonio cultural de Venezuela.

Existe un sentido de pertenencia del gentilicio con las obras del entorno, según el director de la Academia de Mérida. Plaza Rangel de Mérida, donde se aprecia la escultura del prócer Antonio Rangel que proponen trasladar al Teleférico de Mérida. Foto Samuel Hurtado C., mayo 2017.

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Para el director de la Academia de Mérida existe una asociación lógica, natural y una pertenencia de las obras con el entorno. Razón por la cual los merideños se acostumbraron a “pasar por un sitio donde hay una estatua, donde hay un busto, donde hay un monumento, un pasadizo”. De tal forma, recomendó dar una respuesta contundente y asertiva a través de los medios de comunicación para que al momento en que los ciudadanos transiten por aquellos lugares y no encuentren las esculturas, -que por diversos motivos se determinarían trasladar-, “no se sientan desprotegidos, sino que por el contrario, reconozcan la actuación de las instituciones en pro de la salvaguarda del patrimonio.

“Si propiciamos en masa los traslados de la estatuaria, que serían inconsultos… bueno, imaginemos que tenemos el respaldo de las comunidades, del consenso interinstitucional. Si hacemos eso, nosotros estaríamos quitando una de las grandes fortalezas de Mérida, que es su estatuaria constituida por más de 154 monumentos erigidos entre 1842 y 2016”.

«Si se actúa de esa manera estaríamos diciéndole a la posteridad que fuimos los generadores de una oleada -que si bien no se llama vandalismo, sino protección- en la que despojamos a la ciudad de uno de sus elementos de identidad más significativos”. Ramón Sosa Pérez, director de la Academia de Mérida.

Finalmente, advirtió que contribuir con “las mismas armas” como lo están haciendo las bandas roba bronce, no sería la más procedente. “Para mí tiene mucha validez, tiene mucho valor, que en el tiempo nosotros como generación, como representantes de una institución, la opinión que se pueda decir adelante del papel real que tuvimos ¿Fue el adelantarnos a eliminar lo poco que quedaba del patrimonio, o fue a promover una verdadera campaña de sensibilización o de resguardo patrimonial?

Una propuesta sin muchos adeptos

Indudablemente que la intención de reubicar la estatuaria merideña como medida preventiva para evitar el vandalismo y el robo en masa perpetrado en la ciudad por las bandas dedicadas al tráfico ilícito del bronce, no ha tenido la mejor recepción. La medida sin duda es polémica, y refleja la incapacidad de las instituciones vinculadas con la salvaguarda y protección del patrimonio cultural merideño en dar una respuesta acertada a la materia. Por el contrario, se ha observado una recurrente improvisación e incumplimiento de los preceptos establecidos en la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural Venezolano (1993) y de la Providencia Administrativa N° 012/05 (30 de junio de 2005) relativa al Instructivo que Regula el Registro General del Patrimonio Cultural Venezolano y el Manejo de los Bienes que lo Integran.

Por otro lado, la reubicación o resguardo de las obras escultóricas requiere de una considerable inversión de recursos. Esto hasta ahora ha sido la principal excusa presentada al momento de justificar el abandono y desidia en que se encuentran los monumentos públicos de la ciudad de Mérida. ¿Acaso hay otras intenciones con el traslado de las estatuas? Por ahora no lo sabemos, esperemos que no sea así. Y que se promueva a corto plazo, -como señala Ramón Sosa Pérez-, “una acción mancomunada, pública y comprometida entre sus instituciones y la sociedad, sin exclusión de parcelas” que permita salvaguardar el patrimonio cultural de Mérida.

Fuentes consultadas

Sosa Pérez, Ramón. Mérida y la agonía de sus estatuas, en Frontera, s/p. Mérida, 2 de noviembre de 2017.

Balza, Luis; Sosa Pérez, Ramón y Trujillo Blanco, Sandy Antonieta. Opiniones sobre las propuestas para la salvaguarda y protección del patrimonio estatuario merideño, dadas en la sede del Museo de Arte Colonial de Mérida [Grabación]. Mérida, 30 de octubre de 2017.

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