Un Bolívar decapitado atestigua la ruina del Parque La Marina de Maracaibo
El Libertador decapitado parece asistir al abandono del Parque La Marina de Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, octubre de 2018.
Un busto de bronce decapitado de El Libertador Simón Bolívar es el epítome de la ruina que asalta el Parque La Marina de Maracaibo. El también conocido como mirador del lago ilustra la devastación operada en contra del patrimonio cultural de Venezuela.
Wilmer Villalobos. 23/10/2018.
Maracaibo, Zulia. El Bolívar sin cabeza y el pedestal sin los relieves de la Batalla Naval del Lago evidencian el avance de la ruina en el Parque La Marina.
El mirador del lago, como también es conocido entre el gentilicio marabino, era hasta hace pocos años un espacio repleto de referentes históricos, al tiempo de brindar una vista privilegiada de la capital del estado Zulia, estado petrolero situado en el extremo noroccidental de Venezuela.
Hoy se ha convertido en una muestra de la devastación que se opera en contra del patrimonio cultural del país: sin luz porque se robaron el cableado y las luminarias, pintas “románticas” aquí y allá –que testimonia el desprecio de los jóvenes por los referentes históricos de la urbe-, árboles muertos por doquier y la inseguridad que se asienta como un poso de miedo en cada rincón salpicado de basura.
A finales de agosto de 2017 la mafia del bronce robó cuatro relieves que narraban la historia de la Batalla Naval del Lago, se presume que fueron piratas lacustres. El pedestal forrado en mármol en el que estaban adosados se convirtió en una mole acusatoria de la inercia del Estado ante la destrucción patrimonial, pues a más de un año del hecho delictivo lucen peor que como lo dejaron los ladrones.
Por si fuera poco, alrededor de este malogrado monumento se impone un paisaje en el que se ven estatuas destruidas, bustos mutilados, fuentes sin funcionar que están rotas y vandalizadas, y cuyos espejos de agua han sido sustituidos por una incipiente maleza. El restaurante que operaba hace apenas dos años está abandonado, casetas policiales sin puertas y vencidos los techos de algunas estructuras de ese espacio público.
Esto, pese a que hace apenas tres años el Ejecutivo regional, bajo la tutela de Francisco Arias Cárdenas, gestionó amplios trabajos de rehabilitación en el Parque La Marina con el que pretendía devolverles ese espacio a los marabinos.
Cuidando “lo poco que queda”
Nuestra inspección al lugar, en nombre de IAM Venezuela, fue abordada amablemente por Ángel Márquez, un policía regional que integra las cuadrillas encargadas de vigilar el patrimonio cultural en el Parque La Marina y de otros espacios públicos como la cercana plaza El Buen Maestro.
Cuenta Márquez que actualmente dan varias rondas de vigilancia para impedir que sigan destruyendo “lo poco que queda” en el emblemático lugar. Y basta detallar aun más el parque La Marina para advertir que ni la torre-mirador se salvó, pues rompieron sus vidrios y destruyeron el ascensor por donde antes subía la curiosidad del visitante para mirar la ciudad petrolera desde lo alto.
El funcionario alude, quizá sin sospecharlo, uno de los conceptos clave del patrimonio cultural, como es el afecto –o no- que el bien despierta en el ciudadano: “Usted ve esto así porque aquí se ha perdido todo el cariño por la ciudad. Nadie quiere las plazas, muy pocos van a los templos o a los museos. Nosotros debemos corretear a los jovencitos que llegan a pintar las paredes. Y los pocos adultos que vienen dejan basura por todas partes. Cómo salvamos esto si no se cuida lo que no se quiere”.
Tampoco se quiere lo que no se conoce. De modo que sirvan estas fotos para mirarnos en el espejo de la indiferencia y empezar a reconstruir el afecto que nos une con el pasado y sus símbolos, con los recuerdos urbanos, con la identidad colectiva herida de muerte en este parque agónico. Exigir luego que el Estado haga su parte como garante del patrimonio cultural será solo un paso más.
Pero hay que dar el primero.
Placa conmemorativa del sesquicentenario de la Batalla Naval del Lago. Foto W. Villalobos, 2018.
Una batalla épica
El Mirador del Lago o el Parque La Marina se creó en 1973, durante el Gobierno del Dr. Rafael Caldera, para celebrar los 150 años de la Batalla Naval del Lago, una decisiva contienda en el logro de la independencia de Venezuela.
La torre del mirador se alza hasta los 50 metros de altura, donde, según registra el Instituto del Patrimonio Cultural en su catálogo sobre el estado Zulia, se tiene “una vista espectacular de la ciudad y el lago de Maracaibo”.
Para el momento del censo patrimonial, el IPC señalaba su deterioro, pero indicaba que estaba en trabajos de remodelación. Los mismos fueron concluidos por el Gobierno regional en 2014 para reabrir el espacio en febrero de 2015 y devolverle a maracuchos y visitantes la más alta visión de su ciudad y su lago.
El Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, registra el Parque La Marina, contiguo a la plaza El Buen Maestro, de la avenida 2 (El Milagro) con avenida 4 (Bella Vista), como bien de interés cultural en su Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2010.
Fuentes consultadas
Silva Franco, Nilda. La mafia del bronce borra de un zarpazo la Batalla Naval del Lago. En iamvenezulea.com, el 8 de septiembre de 2017. Consultado el 16 de octubre de 2018.
Instituto del Patrimonio Cultural. Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2010. Región El Lago, municipio Maracaibo, estado Zulia.
Márquez, Ángel. Funcionario de la Policía del estado Zulia, apostado en el Parque La Marina. Entrevista realizada el 15 de octubre de 2018.
Prensa Gobernación del Zulia. Gobernador Arias Cárdenas lanzó Plan Integral de Rescate de Plazas. En panorama.com.ve, 22 de enero de 2017. Consultado el 16 de octubre de 2018.
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