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Monumento al Generalísimo Francisco de Miranda

Vista frontal de la plazoleta Miranda al día de hoy. Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Vista frontal de la plazoleta Miranda, en Mérida, al día de hoy. Foto Samuel Hurtado Camargo, agosto 2017.

Nombre: Monumento al Generalísimo Francisco de Miranda.

Año: 1896.

Tipo de patrimonio cultural: tangible / inmueble.

Administrador custodio o responsable: alcaldía del municipio Libertador y Corporación Merideña de Turismo (Cormetur).

Historia
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas

Historia

La apoteosis al Generalísimo. La figura de Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez (1750-1816) es reivindicada durante el Guzmanato, específicamente en los actos celebratorios del centenario del natalicio del Libertador, cuando el 23 de julio de 1883 es desvelada su estatua en la plazoleta del Panteón Nacional, (trasladada la plaza Miranda, en El Silencio, Caracas), convirtiéndose desde entonces en el primer monumento erigido en el país en honor a su memoria. Posteriormente, como parte de los actos de la conmemoración de la Independencia de Venezuela, y por disposición del presidente de la República, Joaquín Crespo, el 5 de julio de 1896 se inaugura en el Panteón Nacional el cenotafio de Francisco de Miranda, con lo que se venía a consolidar su glorificación, puesto que este acontecimiento debía celebrarse en todo el territorio nacional durante los días 4 y 5 de julio y llevaría por nombre Apoteosis del Precursor de la Independencia de la América del Sur, en la cual se efectuaron una serie de actos destinados a exaltar la figura del héroe sudamericano.

En este contexto, el doctor Atilano Vizcarrondo, presidente del Gran Estado Los Andes, dictó un decreto el 17 de marzo de 1896, en el que ordenaba la celebración en los días 4 y 5 de julio en todo el territorio del Estado Los Andes de la apoteosis de Miranda. Asimismo, designó una Junta encargada de elaborar el programa oficial con el cual se le rendiría en la ciudad de Mérida el debido homenaje al Generalísimo. Al efecto la Junta quedó presidida por José Ignacio Lares; como vicepresidente fue designado Francisco A. Celis; como tesorero Foción Febres Cordero; vocal-secretario, Lope M. Tejera; y como vocales, José María Dávila, Domingo Hernández Bello, Atilio R. Sardi, Caracciolo Parra, Antonio Ignacio Picón, Prisco Lares y, Antonio José Salinas. Del mismo modo, la Junta se encargó de la publicación de un periódico quincenal llamado La Apoteosis de Miranda, en el que se informaba a la sociedad merideña acerca de los acuerdos y actos programados que en el país y en la región andina se tenían previsto para la mencionada celebración.

Paralelo a esta Junta y con el deseo de darle mayor solemnidad a la apoteosis de Miranda en Mérida, se conformó por iniciativa propia una “Junta particular”, conocida con el nombre de Junta Miranda, integrada por los doctores Juan Pedro Chuecos Miranda, presidente; Leonidas Urdaneta, vicepresidente; Foción Febres Cordero, secretario; F. Diego Nucete, tesorero y los vocales Antonio Febres Cordero, Alejandro Baptista y Concepción Guerrero.

Dicha organización se propuso como objetivo levantar un monumento a la gloria del Generalísimo, ya que el decreto regional no disponía de ningún acuerdo al respecto. Efectivamente, como parte de los actos festivos realizados en Mérida en ocasión de la apoteosis, celebrada durante cuatro días -en los que la sociedad merideña participó activamente-, fue inaugurado el nueve de julio el monumento a Miranda, compuesto por un pequeño busto de arcilla quemada sobre un pedestal, posiblemente del mismo material, elaborado por Pablo Gazzotti, siendo erigido en la plazoleta de San Agustín ubicada al frente de la antigua iglesia de San Francisco, conocida posteriormente como la iglesia del Perpetuo Socorro o La Tercera, localizada en la calle Independencia (hoy avenida 3) esquina con la calle Fernández Peña (hoy calle 18). Para entonces, a dicha plaza se le realizaron algunos trabajos de remodelación, entre los que no podía faltar la colocación de un enverjado de hierro para protegerlo de los animales que pastaban libremente por las calles y plazas de la ciudad.

Aunque la develación del monumento a Miranda se efectuó según algunas notas de la prensa local, a las diez de mañana, el acto conmemorativo se realizó durante todo el día. Ello comprendió un paseo, a las seis de mañana, con música por las calles de la ciudad, salvas de fusilería y fuegos artificiales. En horas de la tarde, una “espléndida” cabalgata, “extraordinario refresco” y “gran” corrida de toros, finalizando a las siete de noche con un paseo musical acompañado de globos y cohetes. Como justo recuerdo y expresión de gratitud y demostración de que el pueblo de Mérida siempre había estado listo para festejar las glorias de la patria, se grabaron en lápidas de mármol una serie de inscripciones alusivas al evento.

En cuanto a la significación del monumento, en el periódico El Cangrejo apareció el 15 de julio de 1896 una nota en la que se decía que era una hermosa obra que demostraba el patriotismo de los merideños. Al respecto se dijo: Es pequeño, pero indica muy claro que aún existe interés y patriotismo en la juventud de Los Andes; que reúne el amor por los héroes que nos legaron Patria y Libertad. Fue concluida en breve tiempo, y ello nos alegra más porque a pesar de lo cercano de la Apoteosis, se terminó felizmente, y prueba también que el sentimiento por lo bello crece y que dado el caso, en cada pecho andino se levantará una fortaleza en los grandes conflictos de la Nación».

Nuevo monumento. Transcurridos dos años de la inauguración, el ejecutivo regional dictó órdenes para cambiar el monumento existente por uno de mármol. Sobre el particular, Manuel Vicente Nucete en su Libro del Centenario (1911) señala que el 17 de enero de 1898, el Gobierno de Los Andes bajo la presidencia del general Juan José Sánchez, designó para el proyecto la cantidad de 1600 bolívares y nombró una Junta para tal fin, compuesta por los señores Constantino Váleri, doctor Pedro Luis Godoy y Tulio Carnevali.

Al parecer así fue, pues, como puede observarse en el cuadro que demuestra el movimiento que tuvo la Caja de la Tesorería General del Estado Los Andes en el mes de enero de 1898, publicado en la Gaceta Oficial del Estado Los Andes, en marzo de ese año, puede constatarse en la parte de Fomento el pago de los 1600 bolívares a Víctor Müller, tesorero general de la Junta de Fomento por la adquisición de un “busto en mármol del general Miranda para sustituir el que existe en la plazoleta frente a la iglesia de San Francisco».

Aunque no existen datos precisos acerca de las razones por la cuales se procedió a cambiar el busto de Miranda, se puede inferir que obedeció a las características del monumento, ya que estaba elaborado en arcilla quemada, material de poca durabilidad. Aunque en El Posta Andino, en su edición del 26 de abril de 1899, se afirmaba que el busto del héroe levantando en 1896 había sido “derrumbado por algún malvado y vagabundo de tantos que existen en esta tierra”, razón por la cual fue necesaria la realización de nuevas diligencias para la colocación de otra escultura que consagrara la memoria del creador del tricolor patrio.

El nuevo monumento, elaborado en Siena (Italia) por la Casa Trapassi y Lorenzetti, estaba constituido por un busto de mármol que descansaba sobre una delgada columna, engarzada al capitel por una corona de laurel. Su inauguración, tal como puede corroborarse en la invitación hecha en hojas sueltas por el gobierno del estado Los Andes presidido por el general Espíritu Santos Morales, se efectuó el 27 de abril de 1899. En lo concerniente a los actos llevados a cabo para tal fin, no hemos encontrado mayor información.

El monumento a Miranda cierra el siglo XIX. Hasta entonces, solo cinco monumentos se erigían en la ciudad de Mérida. Si bien, se rinde tributo a personalidades significativas de la Venezuela decimonónica, los cuales estaban acompañados de pomposos actos, después la tónica era el abandono.

Las vicisitudes del Precursor. En las primeras décadas del siglo XX el monumento y plazoleta al general Francisco de Miranda formará parte del itinerario de los desfiles y procesiones cívicas realizadas durante las fiestas patrias, en especial, durante la conmemoración del centenario del 19 de Abril, 5 de Julio y de la muerte del Libertador.

Monumento de Francisco de Miranda en 1930. Foto Centenarios de Sucre y Bolívar en Mérida (Reseña de grabados alusivos). Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Monumento a Miranda en 1930. Foto Centenarios de Sucre y Bolívar en Mérida. Dig. Samuel Hurtado.

A pesar de que la prensa regional no ofrece mayor información, fotografías de la época nos ilustran una plazoleta en buenas condiciones hasta mediados de los años ochenta. La primera referencia data de 1929, difundida por Fernando Benet en su Guía general de Venezuela, en la que se puede apreciar la plazoleta Miranda cercada con un sencillo enverjado y jardinera a su alrededor. Un año después, en Centenarios de Sucre y Bolívar en Mérida (1930), se observa con mayor precisión los detalles del monumento, cuyas características no han variado hasta hoy día. Posteriormente, para 1964 la plazoleta lucía un nuevo enverjado, el cual ya no existía para 1983.

Plazoleta y monumento a Francisco de Miranda en 1929. Foto Guía General de Venezuela de Fernando Benet. Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Plazoleta y monumento a Francisco de Miranda en 1929, Mérida. Foto «Guía general de Venezuela», de Fernando Benet. Digitalización Samuel Hurtado Camargo.

Monumento a Francisco de Miranda. Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Plazoleta Miranda hacia 1964. Foto El Libro de Mérida. Digitalización Samuel Hurtado Camargo.

La desidia también colmará la plazoleta del Precursor. El 27 de junio de 1983, el periodista Ramón Díaz Suárez denunciaba en el diario Frontera que el recinto donde se erguía el monumento a Miranda se encontraba en el más completo estado de abandono. En el lugar, según Suárez, se podían apreciar envases de aguardiente, por lo que presumía que la “placita” se había convertido en el sitio de reuniones de “borrachitos consuetudinarios”, quienes aprovechaban la tranquilidad del sitio para comenzar las tertulias que luego culminaban en una “siesta aguardentosa”. Ante el deprimente aspecto, el periodista hacía un llamado para que se procediera a la remodelación del lugar.

Plazoleta Miranda hacia 1983. Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Plazoleta Miranda hacia 1983. Foto Molina en Frontera, 27 de junio de 1983. Digitalización Samuel Hurtado Camargo

Foto publicada en Frontera en la que se denunciaba el abandono de la Plazoleta Miranda. Foto Lázaro en Frontera, 17 de enero de 1994. Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Foto de Frontera en la que se denunciaba el abandono de la plazoleta Miranda, 17 de enero de 1994. Dig. Samuel Hurtado C.

A más de una década, el llamado de Suárez no tuvo mayor repercusión. En un nuevo artículo publicado en Frontera el 17 de enero de 1994, Adelfo Solarte, haciendo mención al monumento de Sebastián Francisco de Miranda, se preguntaba: ¿Es qué nadie se acuerda de Miranda?, el cual según una fotografía que acompañaba al escrito, se observaba en la plazoleta a un hombre que laboriosamente recogía arena y la echaba en su carretilla, pero paradójicamente, no era para la realización de algún trabajo en el lugar, sino para una “construcción cercana a la olvidada placita”.

Además del abandono, el vandalismo también se hizo presente. Como cosa de destino, el héroe el de la Revolución Francesa fue decapitado en el mes de febrero de 1999. Una fotografía del periódico informativo de la Universidad de Los Andes, Hoy Viernes, del 5 de marzo de 1999, mostraba el busto de Miranda sin cabeza y con el resto de torso orientado hacia el oeste. A la referida imagen le seguía un breve, pero contundente escrito en el que se precisaba: “La ciudad universitaria, turística, estudiantil y cultural se siente apenada. Un nuevo atentado contra su patrimonio pone en evidencia la pérdida progresiva de valores y respeto por nuestra historia y nuestro acervo, además de la falta de querencia por una capital que, generosa, ha abierto sus brazos a todos y no merece tratamientos tan infames, porque robar, quien sabe con qué fines, el busto que Mérida tributó hace muchos años al prócer Francisco de Miranda – el único que en su memoria existía en la ciudad- revela la urgente necesidad de revisar cuánta conciencia existe sobre el amor y respeto que todos debemos a la Ciudad de Los Caballeros”.

Busto de Francisco de Miranda decapitado. Foto Hernández D´ Jesús en Hoy Viernes, 5 de marzo de 1999. Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Busto de Francisco de Miranda decapitado, Mérida, Venezuela. Foto Hernández D´ Jesús en Hoy Viernes, 5 de marzo de 1999. Dig. Samuel Hurtado Camargo.

El hecho también fue rechazado por el reconocido político y exgobernador de la entidad andina, Germán Briceño Ferrigni, quien el 7 de marzo de 1999 señaló que el acto realizado “sin pudor republicano ni civismo” constituía una “salvajada” en contra de un signo invalorable del patrimonio histórico y urbano de la ciudad serrana. Los que hicieron el atentado -apuntaba Briceño Ferrigni- “se ensañaron en la cabeza de la estatua, como si quisieran expresar el desprecio que sienten por la inteligencia de la que Miranda fue una fulgurante representación”.

Satisfactoriamente, la cabeza del Precursor fue localizada por la policía del Estado, pero bastante deteriorada y maltratada, ocasionándosele acentuados daños a la nariz. Según Pedro Nicolás Tablante Garrido, “algunos supusieron que fuese de bronce”, por eso decapitaron la estatua, pero al constatar que no era del mencionado metal la dejaron extraviada.

Al año siguiente, en el marco de los 186 años de la muerte de Miranda, la plazoleta es rehabilitada, protegiéndosele con un enverjado de hierro similar al que lucía en 1929. De la misma forma, el busto del prócer fue restaurado por el reconocido escultor Manuel de la Fuente Muñoz (1932-2010), quien realizó los trabajos sin costo alguno. No obstante, el nuevo enverjado no será impedimento para que grupos vandálicos ejecuten daños al busto de mármol, que en muchas ocasiones aparece mirando hacia los diferentes puntos cardinales.

Busto del Precursor de la Independencia mirando hacia la Sierra Nevada. Foto tomada en diciembre de 2006. Monumento a Francisco de Miranda, patrimonio histórico de la ciudad de Mérida, Venezuela.

Busto del Precursor de la Independencia mirando hacia la Sierra Nevada. Foto Samuel Hurtado, 10 de diciembre de 2006.

En tiempos más recientes, la placita y monumento fueron objeto de una inadecuada intervención. Las jardineras ubicadas en los tres costados son eliminadas y el monumento, sin criterio alguno, fue “retocado” con pintura de color blanco. Por su parte, las inscripciones fueron grotescamente remarcadas en color negro, reflejo del mal gusto y falta de criterio artístico de quienes tienen la responsabilidad de custodiar el recinto dedicado a la memoria del venezolano más universal de todos los tiempos.

Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

En tiempos recientes, plaza y monumento a Miranda sufrieron una inadecuada intervención, en la que fueron eliminadas las jardineras de los 3 costados y “retocado” el monumento con pintura blanca. Foto Samuel Hurtado Camargo, noviembre 2007.

Descripción

El monumento al Generalísimo Francisco de Miranda se localiza en el centro de la plazoleta homónima, en un área menor a un cuarto de manzana. La obra consiste en un busto de mármol en la que se representa al Precursor de la América del Sur, luciendo una casaca de cuello alto y amplias solapas, ornamentada en los bordes con hojas de laurel, abrochada al frente y cuello rodeado con pañuelo. El héroe, por su parte, muestra un cabello ondulado abundante, ojos rasgados, nariz perfilada y labios delgados. Probablemente para la realización de dicha efigie se tomó como referencias el retrato realizado en 1835 por el pintor francés Georges Rouget (1783-1869), cuyo original forma parte de la colección del Museo Nacional de Versalles (Francia), y la litografía hecha por José Gabriel Arambúru, que circuló durante el siglo XIX, de la cual se conserva un ejemplar en el Museo Bolivariano (Caracas).

El busto descansa sobre una delgada columna de mármol de fuste liso, hermosamente adornada por una corona de laurel, en la que se puede leer: “TRAPASSI Y LORENZETTI / SIENA”. A su vez, la columna sirve de remate de la cornisa o parte superior del pedestal compuesto por ocho molduras corridas de sección cuadrada y molduras convexas de sección circular y semicircular, las cuales forman verticalmente una especie de hexágono. El dado, que forma parte del centro del pedestal, es de forma piramidal truncada, se le hallan adosadas cuatro lápidas de mármol de forma rectangular vertical con las siguientes inscripciones: al frente, “LA JUNTA MIRANDA / AL / ILUSTRE INICIADOR / DE LA INDEPENDENCIA SUB-AMERICANA / JULIO 9 DE 1896”;  en la faz posterior y lateral derecho: A / MIRANDA / ERIGE ESTE MONUMENTO / LA CIUDADANÍA DE MÉRIDA / EN/1896”; y en el lateral izquierdo: “SE ORDENÓ LA ERECCIÓN / DE ESTE MONUMENTO POR / RESOLUCIÓN DEL GOBIERNO / DEL ESTADO LOS ANDES / DE 17 DE ENERO DE 1898 / SE REALIZÓ DURANTE LA ADMON. / DEL GENERAL E. S. MORALES / EN 1899”. La base del pedestal se compone de tres escalones de forma cuadrangular horizontal dispuestos de manera ascendente.

El emplazamiento del monumento se encuentra cercado en los costados noroeste y suroeste  con un enverjado de hierro, al cual se accede a través de una entrada principal. El pavimento se compone de baldosas de color anaranjado. En la esquina este existe un banco de metal y madera y al sur una papelera con una señalética que promociona el turismo en la región.

Vista frontal de la plazoleta Miranda en la actualidad. Monumento a Francisco de Miranda. Patrimonio histórico de Mérida, Venezuela.

Vista frontal de la plazoleta Miranda en la actualidad. Foto Samuel Hurtado Camargo, agosto 2017.

Valores patrimoniales

El monumento a Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez (1750-1816) es el más antiguo existente en la ciudad de Mérida y el primero de los tres que en la urbe han sido consagrados a la memoria de quien es considerado el Precursor de la Independencia de Venezuela, autor del tricolor patrio, quien tuvo participación activa en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y las guerras de Independencia de Hispanoamérica; reconocido como el venezolano más universal, cuyo nombre está grabado en el Arco del Triunfo de París. A su vez, la obra escultórica es el más claro ejemplo de patriotismo, afecto y admiración del pueblo andino hacia el Generalísimo, cuya vida y obra ha sido estudiada por los merideños Mariano Picón Salas, José Nucete Sardi y Caracciolo Parra Pérez.

La escultura, aunque pequeña y modesta, fue según estudio del arquitecto Christian Páez Rivadeneira, uno de los primeros espacios públicos en el que los pobladores “podían ver obras de arte en la calle, al alcance de la mano”, pues, “antes el único contacto era con la imaginería que en las iglesias y capillas eran vistas con religioso recogimiento”.

Por estar dotada de una serie de valores socioculturales e históricos, el Concejo Municipal de Libertador declaró la plazoleta y monumento de factura italiana como Patrimonio Histórico en 2004, y Bien de Interés Cultural de la Nación, en la categoría “Lo construido” y “Creación individual” registrado en el Catálogo del patrimonio cultural venezolano (2007).

Situación actual

El monumento al Generalísimo Francisco de Miranda requiere ser sometido a un proceso de restauración. El busto de mármol y pedestal de mampostería presentan un color negro, característico de la suciedad o enmugrecimiento de la obra escultórica, ocasionado por factores físico-ambientales. En la parte inferior de la base del pedestal y en el perímetro de la plazoleta se aprecian malezas, reflejo de la falta de políticas de mantenimiento permanente del lugar. Asimismo, el emplazamiento carece de luminarias y la entrada principal se encuentra cerrada, protegida con un candado que impide su acceso.

Ubicación

Plazoleta Miranda, avenida 3 Independencia con esquina de la calle 18 Fernández Peña, al frente de la Iglesia del Perpetuo Socorro, conocida también como La Tercera. Sector Sagrario, parroquia Sagrario, municipio Libertador, estado Mérida, Venezuela.

Fuentes consultadas

Apoteosis de Miranda [Programa relativo de la celebración de la Apoteosis de Miranda en la ciudad de Mérida], en La Apoteosis de Miranda, p. última, Mérida, 22 de junio de 1896.

Benet, Fernando. Guía general de Venezuela, Oscar Brandstetter, Leipzig (Alemania), 1929, tomo I.

Biblioteca Nacional-Biblioteca Febres Cordero. Colección Hojas Sueltas del Estado Mérida. Invitación del Gobierno del Estado Los Andes a la población merideña a la inauguración del Monumento a Francisco de Miranda el 27 de abril de 1899, Mérida, 25 de abril de 1899.

Busto de Miranda, en Ecos Locales de El Posta Andino, s/p., Mérida, 26 de abril de 1899.

Briceño Ferrigni, Germán. La cabeza de Miranda, en Frontera, p. 4/A, Mérida, 7 de marzo de 1999.

Castañón de la Peña, José Manuel, y Noguera Mora, Neptalí. El Libro de Mérida, Editorial Arte, Caracas, 1964; 400 pp.

De la Rosa, Andrea. Francisco de Miranda renace en el corazón de los merideños y el país, en Frontera, p. 6/A, Mérida, 14 de julio de 2000.

Díaz Suárez, Ramón. En completo estado de abandono, en Frontera, p. 20, Mérida, 27 de junio de 1983.

Decreto que designa la Capilla de la nave izquierda del Panteón Nacional para erigir un cenotafio consagrado a la memoria del Generalísimo Francisco de Miranda, en Gaceta Oficial de Los Estados Unidos de Venezuela. N° 6.314, Caracas, 22 de enero de 1895, citado en Zoraima Guédez Yépez. Francisco de Miranda en Mérida. 1896, en Frontera, p. 5b/Opinión. Mérida, 1 de abril de 2006.

Decreto relativo a la celebración de la Apoteosis de Miranda en el Estado Los Andes (17 de marzo de 1896; en La Idea Liberal, s/p., Mérida, 2 de abril de 1896.

Editorial Patria. Centenarios de Sucre y Bolívar en Mérida (Reseña de grabados alusivos), Patria, Mérida, 1930; 230 pp.

Guédez Yépez, Zoraima. Francisco de Miranda en Mérida. 1896 (II), en Frontera, p. 5b/Opinión. Mérida, 2 de abril de 2006.

Hurtado Camargo, Samuel Leonardo. La estatuaria pública conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842-2006): análisis histórico. Universidad de Los Andes, Escuela de Historia (Memoria de Grado), junio 2007; 500 pp.

Instituto del Patrimonio Cultural. Municipio Libertador, estado Mérida, Catálogo del patrimonio cultural venezolano. Región los Andes: ME-12, La Galaxia, Caracas, 2007; 265 pp.

Junta Miranda, en El Cangrejo. N° 16, Mérida, 15 de julio de 1896.

La ciudad universitaria, turística, estudiantil y cultural se siente apenada, en Viernes Hoy, p. 1, Mérida, 5 de marzo de 1999.

Páez Rivadeneira, Christian. Arte y arquitectura en Mérida entre los siglos XIX y XX, en De Arquitectura, pp. 10-21, Universidad de Los Andes, Mérida, julio 1993.

Solarte, Adelfo. Miranda sin banderas, en Frontera, p. 1/A, Mérida, 17 de enero de 1994.

Tablante Garrido, Pedro Nicolás. Miranda y Sucre en Mérida serrana, en Frontera, p. 4/A, Mérida, 31 de mayo de 2000.

Investigación: Samuel Leonardo Hurtado Camargo.

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