La ruina actúa en el Teatro Ana Enriqueta Terán
Nadie recuerda cuándo fue la última vez que se presentó una obra en el Teatro Ana Enriqueta Terán, de Valera, estado Trujillo. Allí la devastación domina la escena.
Ailyn Hidalgo Araujo. 31/8/2017.
Desde su construcción, a mediados del siglo XX, fueron muchas las obras escenificadas en el Teatro Ana Enriqueta Terán, de la ciudad andina de Valera. Dramáticas, satíricas, románticas, infantiles, épicas, trágicas… como la que hoy representa ese edificio con reminiscencias art déco venido a menos. Su fachada anuncia, como si toda ella fuese una marquesina, el acto continuado de la ruina que opera en un escenario atroz por fidedigno: “Allí adentro ya no queda nada”, dice un ciudadano de a pie con un dejo de resignación.
Fachada del Teatro Ana Enriqueta Terán, en Valera, estado Trujillo. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017.
Como en un gesto de sanidad mental, la memoria de los valeranos parece haber borrado los recuerdos de aquel teatro. Preguntas van y vienen para saber de la época de oro de este recinto de arte, pero solo se obtiene como respuesta común “desde hace mucho eso está en ruinas.”.
Efectivamente. Tocar la puerta de entrada es encontrarse con un espacio acabado y sombrío. Algunos transeúntes enganchan basura en los huecos que 7 vidrios rotos dejaron expuestos en la fachada, el escritorio de la recepción se sostiene con una gavera vieja de refrescos y solo atienden si alguien avisa su visita con suficiente antelación, mientras que la taquilla de boletería en desuso y completamente deteriorada quedó de escaparate de un vestuario que ya nadie usa.
En el Teatro Ana Enriqueta Terán ya no cobran boletos, ni se proyectan películas. La taquilla quedó de escaparate de un vestuario que nadie usa. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017
Los transeúntes cuelgan desechos en la fachada del teatro y los indigentes se sientan. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017.
La recepción solo es atendida si alguien se acerca a la alcaldía y anuncia su visita al teatro. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017.
La prioridad son las filtraciones
De las 272 butacas del aforo, entre 70 y 100 requieren ser sustituidas o reparadas, pues su estructura y tapicería están desvencijadas. Los aires acondicionados fueron retirados en 2014 por obsolescencia y nunca se repusieron, dejando los espacios vacíos.
El piso está manchado y seguirá así con un personal de aseo derrotado por las circunstancias: “la crisis pegó en todas partes”, dicen, “es difícil conseguir los insumos de limpieza para devolverle el brillo al granito”. Agregan además que mientras no se reparen las filtraciones, el teatro “nunca se verá limpio” porque los pasillos laterales se inundan y la pintura de la paredes se desconcha todos los días.
Los camerinos, sin artistas posibles, tiene sus espejos rotos, paredes cuarteadas, cerámica en mal estado y desechos de telas, materiales y mobiliario con una gruesa capa de polvo que acusa un abandono de mucho tiempo.
Restos de basura y desechos se observan en cada rincón. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017.
Filtraciones inundan los dos pasillos laterales llenos de desechos. El mobiliario está inutilizable. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017. Teatro Ana Enriqueta Terán, Valera, estado Trujillo.
La misma descripción se repite detrás del telón, donde sobran los retazos de tablas, hierros y lámparas decrépitas. No hay iluminación que permita visualizar toda el área, por lo que se debe caminar a tientas o usar linterna para detallar rincones, pasillos mohosos y recintos condenados.
Baño interno en desuso. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017.
De los baños públicos externos solo está operativo el de damas… a propio riesgo; mientras que los internos, en desuso, lucen el rigor del abandono: con salpicaduras de cemento, lleno de escombros y polvo. En ellos no entra ni siquiera el personal.
Si la precariedad material configura una atmósfera sombría, dentro del teatro “el calor es infernal”, dicen muchos de sus visitantes. El alcalde de Valera, José Karkom, había logrado conseguir en 2015 cuatro ventiladores grandes, pero no dieron abasto. Un año antes la municipalidad había conseguido también pintura para repintar las paredes, pero el color pronto se desvaneció por las filtraciones de las constantes lluvias.
Visitantes dicen que el “calor es infernal” en el Teatro Ana Enriqueta Terán de Valera. Foto Edwuard Barradas, agosto de 2017.
Presupuesto y política
El alcalde de Valera José Karkom señala que su predecesor, Temístocles Cabezas (militante del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV), dejó que miembros del colectivo Movimiento Tupamaro “destrozaran” el teatro: “Fueron 5 años en manos de este grupo, de 2008 a 2013. Cuando asumimos la alcaldía y entramos al inmueble sacamos dos camiones de basura; allí había colchones, sábanas, desechos de comida y muchísimos sacos de botellas de licor. Ellos vivían en el teatro”, acusa el jefe edilicio, quien también descubrió un documento que refrendaba la asociación del anterior alcalde, los Tupamaros y el PSUV para tutelar la histórica institución.
Trabajadores de la alcaldía que pidieron resguardar sus nombres manifestaron que “los únicos eventos que entonces se daban allí eran reuniones privadas de política y presentaciones de grupos de rock”.
Antes del periodo mencionado por Karkom, el inmueble perteneció al Teatro Nacional Juvenil (TNJ), sede Valera, pero por carencia presupuestaria estaba en abandono e inoperativo por falta de luz e iluminación, recuerda Carlos Rivas, actual titular de la Dirección de Cultura de la alcaldía.
Hoy falta más que eso. El Teatro Ana Enriqueta Terán no tiene guiones, ni diálogos, ni actores que reactiven la escena, ni dinero. Los desesperados proyectos para reanimar ese recinto de cultura chocan una y otra vez con la misma respuesta: “no hay presupuesto”.
El personal municipal asegura que «por ser una alcaldía dirigida por un opositor al Gobierno de Nicolás Maduro, ni el gobierno regional ni el nacional, dominados por actores oficialistas, le dan apoyo alguno».
Al respecto, el director general de la alcaldía de Valera, Gustavo Terán, explica que la municipalidad “está ahogada” con los pagos de nómina por los ajustes de salario mínimo, que “apenas logran cubrir con recursos propios”, por lo que la cultura queda unos cuantos escalafones más abajo de las prioridades.
La precariedad del edificio se extiende también a la colección de películas rodadas en el teatro en los años 90 (el espacio fue concebido también como una sala de cine), “resguardada” en bolsas negras de las que se utilizan para la basura. Desde la Dirección de Cultura de la municipalidad admiten desconocer cuántas hay o de qué se tratan; al parecer ni se molestan, pues “de todas formas ya no están los aparatos para la proyección”. De lo que sí está seguro Rivas, director de esa dependencia, es que “son rollos grandes, no tienen nombres ni clasificación, pero están en buen estado”.
Rivas ve muy lejana la pronta recuperación del espacio: “Desde el año 2014 el personal envío un informe de las necesidades y hasta ahora solo llegó la pintura. No hay dinero para las butacas ni para el proyecto de impermeabilización que presentamos a las autoridades culturales en enero de este 2017”. A duras penas se logró reparar el sistema eléctrico. ¿Una luz al final del túnel?
Bases para el aliento
Situado frente a la plaza Bolívar, en la calle 7 entre las avenidas 10 y 11, pleno centro del municipio Valera del estado Trujillo, el Teatro Ana Enriqueta Terán fue construido entre 1946 y 1947 por iniciativa del empresario Valeriano Villa Vega, según nos cuenta el cronista de la ciudad Luis González, Don Luis, con sus 90 años encima, su lucidez y unos cuantos recortes de periódicos en mano.
El Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, que inventarió el inmueble en su Catálogo del patrimonio cultural Venezolano 2004 – 2009. Municipio Valera, estado Trujillo, señala que este inmueble es una estructura valiosa de los inicios de la modernidad en Venezuela, “edificada con detalles de art déco en sus fachadas y algunas interiores, el cual a sus inicios fue criticado como ‘muy reducido’ para presentar obras de teatro”.
Antes de 2009 el diseño fue restaurado para suplir esa necesidad y lograron ampliar la sala de fondo, cuyo marco de escena “está compuesto por una estructura de madera y yeso con estucos y texturizados del mismo material, diseñado con elementos curvos que ocultan el sistema de iluminación indirecta, con la idea de enfatizar o enaltecer la antigua pantalla de proyección” según la descripción del lugar hecha por el IPC en el referido catálogo. Hoy en día nada de eso se observa.
Para 2009 el teatro ya presentaba notables daños en su estructura, ausencia de acústica por la “eliminación de plafón original” y una disposición de butacas que entorpece el flujo de los espectadores. El recinto teatral reabrió sus puertas el 14 de agosto del 2010, luego de 8 años de clausura, aunque sin su concepción original: hoy opera como centro de reuniones de asociaciones civiles, del sector educativo, gremios y de encuentros religiosos, en especial de adventistas y evangélicos.
Sin embargo, la Dirección de Cultura de la Alcaldía de Valera, su custodio responsable por ley, intenta reanimar las actividades artísticas a despecho de la asfixia presupuestaria: “Tenemos como proyecto iniciar en los próximos meses talleres de guitarra, canto, minichefs, recreadores y payasos, con cupos limitados. Por ahora no se cobra nada, solo pedimos a los participantes algo de útiles de limpieza: un cepillo, un coleto; aseo antes y después”, comenta Rivas, para desvelar luego una segunda etapa del proyecto con eventos artísticos como veladas musicales y recreación, estos sí con la intención de recaudar fondos que permitan rescatar el área. “Ansío ver al teatro brillando y lleno de público”, se ilusiona el titular de la Dirección de Cultura.
El Cuerpo de Bomberos del estado Trujillo y Protección Civil de Valera le dan motivos para alentarse, pues ambas instituciones suscriben que la sede del Teatro Ana Enriqueta Terán “es una estructura sólida, con bases resistentes que no requiere ser demolida, sino restaurada”.
¿Quién quita que algún día se le baje el telón a la obra de la ruina?
Longeva poesía
La poetisa Ana Enriqueta rumbo a sus 100 años.
Ana Enriqueta Terán, cuyo nombre lleva el teatro de Valera, es una reconocida poetisa de Venezuela quien en 1989 fue merecedora del Premio Nacional de Literatura. Hizo carrera diplomática en Argentina en 1946 y en Uruguay en 1950. Es nativa de Valera, estado Trujillo y va rumbo a cumplir 100 años de vida el próximo 8 de mayo de 2018.
Fuentes consultadas
Butrón, Adolfo. El aún olvidado Teatro Ana Enriqueta Terán. En
diariodelosandes.com, 4 de mayo del 2015. Goo.gl/5pF5Xv. Consultado el 28 de agosto 2017.
Catálogo del patrimonio cultural venezolano, 2004 – 2009, región los Andes, municipio Valera. Instituto del Patrimonio Cultural.
Durán, Alberto. José Karkom supervisa teatro Ana Enriqueta Terán. 18 de junio del 2014. Goo.gl/jiZX1j. Consultado el 28 de agosto del 2017.
Godoy, Dairy. Tupamaros tomaron teatro Ana Enriqueta Terán. 30 de julio de 2010. Goo.gl/s1eRLz. Consultado el 28 de agosto del 2017.
González, Luis. Cronista del municipio Valera. Entrevista realizada en agosto del 2017.
Karkom, José. Alcalde de Valera. Entrevista realizada el 19 de agosto del
2017.
Linares, Daniel. Ana Enriqueta Terán: el mundo cambiaría si todos escribieran poesía. Mayo 2013. Goo.gl/TP4GWN. Consultado el 28 de agosto del 2017.
Lucero, Carlos. Ana Enriqueta Terán: Niña buena, niña mala. Poeta inmortal. 13 de octubre del 2010. Goo.gl/KHgB3G. Consultado el 28 de agosto de 2017.
Menghini, Cecilia. Hacia dónde va el Teatro Ana Enriqueta Terán de Valera. 6 de mayo del 2015. Goo.gl/JG595U. Consultado el 28 de agosto del 2017.
Rivas, Carlos. Director de Cultura de Valera. Entrevista realizada en agosto de 2017.
Solarte, Mayra. Abrió sus puertas a la cultura Teatro “Ana Enriqueta Terán”. Prensa Alcaldía de Valera. 19 de agosto 2010. Goo.gl/AVVSpR.
Consultado el 28 de agosto de 2017.
Terán, Gustavo. Director general de la Alcaldía de Valera. Entrevista realizada en julio del 2017.
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