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Plaza Ezequiel Zamora de Barinas

Plaza Ezequel Zamora, 2017. Foto Marinela Araque R.

Nombre: Plaza Zamora.

Año: 1949.

Tipo de patrimonio cultural: tangible/inmueble.

Administrador custodio o responsable: alcaldía del municipio Barinas.

Historia
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas

Historia

Construida en un antiguo campo de béisbol de la ciudad de Barinas, la plaza Ezequiel Zamora, en homenaje al “General del Pueblo Soberano”, fue ordenada mediante decreto del 10 de junio de 1949, durante la gestión del gobernador Francisco Betancourt Sosa.

Este proyecto urbanístico pretendía resarcir, en parte, el agravio que pudiera presentar para la memoria del héroe de la Federación por la decisión tomada por la Asamblea Legislativa del estado Zamora (hoy Barinas) en 1936, quienes guiados por “el sano propósito de condenar el caudillismo en aquella época en que se sentía en el ambiente patrio la reacción contra el caudillismo y el anhelo de reivindicar el histórico nombre de la Provincia de Barinas” que fuera tan fecunda en hazañas gloriosas para la gesta emancipadora, resolvieran cambiar el nombre de estado Zamora por el de Barinas.

El gobierno de Betancourt Sosa quiso reparar esta “ofensa”, honrando “su preclara memoria con una obra y una efigie que digan a las generaciones del profundo reconocimiento del pueblo barinés a los eximios méritos del gran líder federal”.

La plaza fue construida durante el período 1949 – 1950, pero no se erigió ninguna escultura al General Zamora como se tenía previsto en la disposición oficial. Fue ocho años después, en 1958, cuando el Concejo Municipal del Distrito Barinas presidido por don Tomás Heredia Ángulo, Leoncio Guevara Garrido, vicepresidente, Rafal Octavio Jiménez, Sindico y los concejales Manuel Antonio Cartay Sequera, Tobías Guédez Acevedo, José Esteban Ruiz Guevara y el presbítero Pedro Juan Parra, acordaron la remodelación y la erección de un busto del general Ezequiel Zamora.

Satisfactoriamente, al celebrarse el primer centenario de la batalla de Santa Inés, el 10 de diciembre de 1959, es inaugurado un busto de bronce a la memoria de Zamora con la siguiente dedicatoria: “Homenaje del Concejo Municipal del Distrito Barinas en representación de la colectividad barinesa al general del pueblo soberano”, mientras que la plaza pasa por un proceso de remodelación.

No habían transcurrido tres años de haberse inaugurado el busto de Zamora, cuando el 27 de abril de 1962 desaparece de su pedestal en forma misteriosa. Algunas versiones corrieron por la ciudad ante la desaparición forzada de la escultura. Muchos se atrevieron a decir que eran los simpatizantes del gobierno de entonces liderado por el gobernador del estado Barinas, Luciano Valero, que habían desaparecido el busto, pues sostenían, que Zamora “distaba mucho de ser un líder”. Otros opinaban que eran travesuras de trasnochadores anónimos influenciados por el alcohol.

Durante dos años y medio nada se supo de la escultura, hasta que el 9 de julio de 1964 el señor Baudilio Márquez, un pescador merideño de 35 años de edad, la encontró en las aguas del río Santo Domingo, en el paso de La Caldereña.

Este hecho fue reseñado dos días después en el Semanario Avance en su Edición Nº 3 con estas palabras: “El General Ezequiel Zamora lanza su grito de guerra contra la opresión, contra los latifundistas y señores de la tierra, que mandan y explotan a sus antojos, masacrando al pueblo, conduciendo a los venezolanos bajo el látigo del despotismo, tratándole como esclavos, recluidos como animales, sin derechos, sin salarios, sin vestidos, sin techos, vegetando a la inclemencia del godo ahíto en su chinchorro y confiando en que la ‘Plebe’ jamás podría alzarse en armas para tomar venganza, tomando por sus manos el pan de sus hijos acaparados por el usurero…….por eso el General Ezequiel Zamora vive en los corazones populares; por eso la estatua que echaron en el río Santo Domingo, pudo ser el Bautizo Bíblico que jamás pudieron hacerle en vida, sino a un busto de bronce que manos callosas de trabajadores rescataron de las aguas, saliendo más puro y más limpio, más firme en los corazones del pueblo”. 

El rescatista del general. Baudilio Márquez Arocha había llegado a la ciudad de Barinas en el año 1948 proveniente de la ciudad de Mérida, lugar donde nació el 10 de septiembre de 1928. Durante la gestión de Francisco Betancourt Sosa, trabajó durante ochos años en el Ministerio de Obras Públicas y por espacio de seis, en el Concejo Municipal de Barinas. Pero la actividad laboral que desempeñó durante más tiempo fue como vendedor de chicha en la parte externa del hospital Luis Razetti, situado en ese entonces donde funciona actualmente la alcaldía de Barinas.

Cuenta el humilde pescador que un día que andaba pescando se le enredó la atarraya y se sumergió  al río para ver qué pasaba, allí pasó todo el día porque el busto estaba tapado con arena y piedra, entonces en uno de esos momentos: “fui metiendo la mano y por los lados tantié que eran tres estrellas” y se dijo “esto es un general”. Dejó marcado el lugar para ir al otro día a escarbar.

Al día siguiente, el pescador Márquez inicia la búsqueda y encontró al busto con la cabeza para abajo. Él pensaba antes de ese descubrimiento, que lo que había en el fondo del río era una caja fuerte, pero no fue así, pues cuando lo tocó se dio cuenta de que era un general, quizás Zamora.

Baudilo Márquez cuando sacaba el busto de Zamora del río, en 1964. Digitalización M. Araque.

El día que intentó sacarlo, trabajó toda la jornada escarbando y sacando piedras, salía a la superficie para tomar aire, descansaba y se zambullía de nuevo. A las cinco de la tarde de ese día, nadó hasta la “patas del puente y no pudo ver más “y entonces se sostuvo con las baranda, pero sintió que venía alguien y lo llamó. Era un señor al que le solicitó que lo llevará hasta la alcabala, a la casilla de la guardia nacional que quedaba en la redoma Industrial.

Cuando Baudilio Márquez llega hasta el puesto de seguridad, conversa con un cabo y le solicita que lo mande en una patrulla o en un carro para su casa, pues no veía nada con los ojos irritados por los efectos del agua al durar tantas horas sumergido en el río, pues trabajaba solo.

Cuando consiguió al busto, estaban bañándose en el río unos jóvenes que al ver que Márquez colocaba piedras para resguardar el sitio, le preguntaron ¿para qué es eso?, tuvo que responderles con una mentira, “porque yo soy pescador y el pozo es hondo y hay unas rayas, así de grandes”. Era para que los muchachos no fueran a descubrir su hallazgo. En aquel momento, los jóvenes resolvieron irse para el otro lado del río.

Al día siguiente, Manrique continuó trabajando solo, a las horas comprendió que ese trabajo no podía realizarlo sin ayuda, el busto era muy pesado y no podía sacarlo solo. Entonces decide revelar su apreciado secreto al secretario general de gobierno, y él lo auxilió con cinco obreros y un jeep.

Se trasladaron hasta el río y procedieron todos a sacar la escultura. Luego la montaron en el vehículo y la pasearon por toda la ciudad para que la gente la viera. El pescador quería llevarla a la gobernación, pero hubo algunos que se opusieron. Procedieron a limpiarla y la volvieron a montar donde estaba antes, en su pedestal en la plaza Ezequiel Zamora.

Sobre este acontecimiento José León Tapia tiempo después apuntó: “La colocaron de nuevo, airosa, mirando orgullosa a la Barinas moderna, aunque en cualquier momento no amanece, pues todavía hay muchos godos con mando, aunque se digan revolucionarios o nacionalistas, como está de moda”.

Baudilio Márquez, el «rescatista del general Zamora» 30 años después. No recibió reconocimiento alguno. Dig. M. Araque.

El humilde pescador no recibió recompensa alguna, aunque hubo un presidente del Concejo Municipal que le ofreció la titularidad de un terreno que él llevaba ocupando por 17 años. También le ofrecieron una casa y nunca se la dieron, hasta ahí quedó todo. Solo le facilitaron cien bolívares y ese dinero le sirvió para cancelar el nailon que había quitado fiado en el abasto Briceño el día que fueron a sacar la escultura al río, este  le sirvió para sostenerla. Hasta un día se atrevió a escribirle al presidente Rafael Caldera que gobernaba para ese entonces, tiempo después recibió su respuesta, lo iban a ayudar con una casa, el beneficio nunca llegó.

Aunque hubo gente que le decía que no fuera “zoquete”, que no entregara el busto de bronce, que se lo llevara para su casa o que lo vendiera, Baudilio Márquez aferrado a sus valores, nunca les hizo caso, porque él siempre creyó que ese monumento era «de todos los barineses».

En el año 2001 se realizaron los preparativos para rehabilitar la plaza Ezequiel Zamora, momento en que aprovecha Baudilio Márquez, ya con 73 años de edad y con la autoridad moral que le daba el haber sacado de las profundidades del río Santo Domingo al general Zamora, solicita al alcalde Julio César Reyes un trabajo, quería ser conserje de la plaza para cuidarla y limpiarla, pues a pesar de su avanzada edad, se sentía orgulloso de ser “el rescatista del general”.

La reinauguración. La rehabilitación y conversión de la plaza en un lugar atractivo para la comunidad estuvo contemplado en el programa electoral del alcalde Julio César Reyes. Al año de su gestión, ya la obra estaba culminada. Se invirtieron 200 millones de bolívares, aportados por el FIDES y una parte por la alcaldía de Barinas dentro del convenio que se hizo con ese organismo central.

La estructura del parque fue concebida respetando su antigua morfología, pero aprovechando sus espacios para ampliar la visión arbórea con la incorporación de caminerías especialmente diseñadas para evitar caídas o resbalones por la humedad producida por las lluvias. Se instaló un moderno sistema de riego automatizado para su funcionamiento a determinadas horas del día y de la noche.

Se colocó también una fuente cantarina dotada con deslumbrantes luces de colores, una caseta para los conductores de la línea de taxis, bancos de hierro, cestas para la basura y jardinería. Se instaló un pedestal nuevo para el busto de Zamora.

El día de la inauguración, el 10 de diciembre de 2001, el alcalde quiso homenajear al cronista de la ciudad Alberto Pérez Larrarte y al pescador Baudilio Márquez Arocha que había rescatado al busto en aquel mal momento en que fue lanzado a las aguas del río Santo Domingo.

Zamora vuelve a caer. A casi medio siglo del derribamiento del busto de Ezequiel Zamora, el 9 de abril del 2011, la historia se vuelve a repetir: Zamora cae de su pedestal al ser derribada por un grupo de jóvenes que jugaba patineta en un extremo de la plaza.

Cuentan testigos que se encontraban en un evento cultural sabatino, que un grupo de jóvenes jugaban alrededor del busto y de pronto, uno de los muchachos se colgó de la escultura de Zamora y esta se vino abajo fácilmente, ya que la misma carecía de un anclaje que la sostuviera al pedestal.

Inmediatamente el busto fue trasladado al Taller de Arte Municipal Rafael Calvo, donde se le hizo mantenimiento y al día siguiente se le devolvió al sitio, pero fue puesto mirando hacia el Norte, al río Santo Domingo. Días después, fue corregido el error y colocado en dirección Este.

Descripción

Espacio público de forma rectangular que ocupa el área de una manzana, dispuesto por ocho caminerías rectas que convergen en una plataforma octogonal donde se ubica el busto del general Ezequiel Zamora. Su construcción es de cemento con baldosas de arcilla y canto rodado. Posee faroles de metal, bancos de cemento y papeleras de metal. En el centro, sobre un pedestal de mármol artificial, se levanta el busto de Ezequiel Zamora, quien luce uniforme militar. Cuenta con jardines entre las caminerías y una fuente en el espacio noreste.

Vista general de la plaza Zamora, año 2017. Foto Marinela Araque.

Valores patrimoniales

Su valor contextual radica en sus características de emplazamiento, sus cualidades espaciales y de vegetación. Su valor social está referido al uso comunitario y de encuentro que brinda este espacio público a los visitantes y turistas. Fue registrado como bien de interés cultural en el Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004 – 2006. El médico y escritor barinés José León Tapian le dedica un capítulo a la plaza Zamora en su libro Por aquí pasó Zamora.

Situación actual

Presenta un estado de conservación y mantenimiento medio. Las caminerías muestran deterioro y trazos de marcadores y pintura en aceite, al igual que los postes de iluminación. El sistema de riego está dañado, por ello las plantas y las gramas se han secado. La fuente no está en funcionamiento.

Ubicación

Calle Bolívar con Arzobispo Méndez, parroquia Barinas, municipio Barinas.

Fuentes consultadas

Archivo General del estado Barinas. Decreto Nº 9, Barinas, 10 de junio 1949.

Baudino, Yessica. Tumbaron el busto de Ezequiel Zamora. En De Frente, Barinas, 2011. p.4

Instituto de Patrimonio Cultural. Identificación y prediagnóstico de bienes muebles de valor patrimonial. Parroquia Barinas, estado Barinas. Año 2003.

Mendoza Baudilio. Tradición y modernidad en la ciudad de Barinas. Gráficas Portatitulo. pp. 123 – 124. Barinas, 2015.

Pérez Leticia. El hombre que rescató a Zamora. En De Frente, Barinas, 2001. p. 11

Semanario Avance. Edición Nº 3, p. 4. Barinas, 1964.

Tapia José León. Por aquí pasó Zamora. Ediciones de la Presidencia de la República. Monte Ávila Editores, pp. 131 – 132. Caracas, 2009.

Investigación: Marinela Araque Rivero.

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