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Maurelyn Rangel: Ciudades fénix que renacen para contar su experiencia

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Maurelyn Rangel, directora de Cultura del Municipio El Hatillo, es optimista. Cree en los casos exitosos que pueden ser replicados para dignificar la vida de la gente. Medellín y Bogotá son buenos ejemplos que deben ser emulados. Su ponencia fue parte del seminario «Al rescate del Malecón. Emprendimiento y patrimonio», realizado en Maracaibo en el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul) el 12 y 13 de mayo de 2016. Este evento fue organizado por IAM Venezuela y el Maczul. Contó con el apoyo de la Fundación Arts Connection y el ICOM Venezuela. 

Hercilia Garnica

La intervención de Maurelyn Rangel, directora de Cultura del Municipio El Hatillo, en Caracas y responsable de la propuesta de gestión cultural Viva El Hatillo, fue desde la experiencia. Desde la que ella misma ha podido cultivar en diferentes proyectos y las vivencias de otros en ciudades hermanas de la región.

A Maurelyn Rangel le correspondió hablar de «Estrategias culturales en la renovación de las ciudades» durante el Seminario “Al Rescate del Malecón. Emprendimiento y Patrimonio” que organizaron conjuntamente el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul) y la organización IAM Venezuela (Institutional Assets and Monuments of Venezuela), plataforma de la Fundación Arts Connection. El evento contó con el apoyo del ICOM Venezuela.

La socióloga y especialista en Gestión y Políticas Culturales dijo, para empezar, que antes de hablar de patrimonio hay que entender a la ciudad en todas sus dimensiones. La ciudad de las relaciones, esa que permite que se generen actividades en los espacios públicos; la de piedra o de la infraestructura y la simbólica, que es la forma como los ciudadanos se conectan con las urbes.

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Una vez que se comprende el entorno y el sitio donde nos relacionamos, entonces es posible desarrollar estrategias y hacer propuestas innovadoras que conecten con la gente, aseguró Rangel.  “Es importante en el proceso entender con quién me quiero conectar para que el proyecto sea pertinente y logre llegar. Nos hemos dado cuenta que mientras más sencillos y directos seamos, más posibilidades de éxito tendremos”. Adicionalmente, la gestión cultural efectiva debe conectar los conceptos de ciudadanía y espacio público para que se genere en la gente el sentido de pertenencia.

“Venezuela, en este momento, nos reta a pensar en una forma diferente porque nos encontramos frente a una sociedad anómica y a una cohesión social fuerte. Tenemos el gran desafío de buscar fuentes empleadoras y fuentes de desarrollo y revisar las experiencias de éxito de las ciudades fénix, esas que parecían olvidadas y que generaron estrategias para surgir y ofrecer desarrollo y bienestar social a sus habitantes”.

El primer paso, recomendó Rangel, es identificar el problema, la enfermedad de la ciudad. Luego establecer corresponsabilidades para que en las soluciones participen los gobiernos y las comunidades. “No hay forma de cambiar las ciudades si no cambian las personas. Hay que trabajar con la gente, con el concepto de cultura ciudadana. Esa fórmula funciono muy bien en Medellín y Bogotá”.

Otras experiencias exitosas mencionadas por la socióloga fueron:

El Museo Guggenheim Bilbao, un museo de arte contemporáneo diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry y localizado en Bilbao (País Vasco), España, que ayudó al desarrollo de la ciudad cuando se convirtió en icono y en referencia internacional.

A través del museo se solucionaron problemas ambientales y de infraestructura de Bilbao. Esa experiencia no solo llamó la atención de visitantes y turistas sino de inversionistas extranjeros

El Museo Hergé, en Louvain-la-Neuve, a 30 kilómetros de Bruselas, Bélgica, explica cómo una propuesta de intervención artística puede también incidir en una ciudad y renovarla.

El Museo de Hergé es un espacio dedicado a recorrer la trayectoria artística del célebre creador de Tintin, Georges Remi. En ese espacio se rinde homenaje al comic, al periodismo. “Es hablar de la ciudad a través del cómic. El museo es una propuesta de renovación de la ciudad”, añadió Rangel.

Otra experiencia cercana que vale la pena emular es el proyecto de cultura ciudadana que lideró en Bogotá, Antanas Mockus Šivicka, exalcalde de la ciudad y candidato a la Presidencia de la República.

“Estamos hablando de un proyecto educativo que formó a la gente, que formó ciudadanos, y demostró que desde las instituciones se pueden promover estas experiencias. Específicamente Mockus impulsó un Plan de desarme, jornadas de vacunación contra la violencia, aprovechamiento del tiempo libre, respeto de los derechos del peatón y la Ley zanahoria (promulgaba el cierre de los establecimientos de venta de bebidas alcohólicas a la 1 am, como muy tarde. Esta medida se apoyó también con el programa «Saber antes de beber», que orientaba al consumidor sobre las consecuencias del abuso del alcohol. Al poco tiempo, la ley dio sus frutos y todas las muertes y conflictos ligados al alcohol se redujeron considerablemente, sobre todo en los accidentes de tráfico).

Mockus, recordó Rangel, no basó su política en el castigo ni la penalización del ciudadano, sino en el premio y la estimulación. Así, el ciudadano no seguía las reglas de convivencia por miedo sino por convicción, por los beneficios, porque se sentía bien haciéndolo.

La especialista en gestión cultural también se refirió a los centros cívicos y a la red de bibliotecas que hicieron el milagro en Medellín. La ciudad colombiana pasó de 7 mil muertos por año para la década de los noventa, a 800 muertes por año. El cambio comenzó en las escuelas, educando.

Se crearon espacios de encuentro para el arte y la formación y se involucraron a todos los actores, a todos los que hacen vida en la ciudad y por eso ahora los ciudadanos defienden cada espacio porque cada lugar rescatado significó renovar un poco más su vida.

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Por último, Rangel mencionó el caso exitoso de recuperación del casco histórico de Quito, un proceso lento que demoró cerca de 8 años de diálogo y negociación con los vendedores de la economía informal que tenían tomada la ciudad.

Antes del acuerdo los más jóvenes no tenían conexión ni empatía con la capital de Ecuador. El gran reto era devolver el amor por la ciudad a las nuevas generaciones y a todos los habitantes y recuperar el casco del comercio informal.

El diálogo entre las partes permitió dignificar la ciudad y generar centros de trabajo para los comerciantes que trabajaban a la intemperie. Se construyeron pequeños centros comerciales para distintos rubros y así se generó la transición.

“Quito ahora es un centro histórico digno, con calles limpias, renovado, hermoso, que activó el turismo y las inversiones”, señaló Rangel.

De Caracas, la socióloga mencionó dos casos emblemáticos: La Plaza Los Palos Grandes, un espacio que ganaron los vecinos, en el que se producen encuentros ciudadanos, una vitrina para posicionar actividades culturales y deportivas y la experiencia que ella misma lidera en El Hatillo.

Con Viva El Hatillo, una de las propuestas de gestión cultural, se entiende, en toda su dimensión, el concepto de espacio público como lugar de encuentro. “Con pocas cosas podemos generar un gran impacto en la comunidad. Nosotros organizamos ferias gastronómicas en las plazas, música, emprendimiento, y todos los imaginarios posibles”.

Rangel señala el tema presupuestario como una dificultad, pero también como una oportunidad para buscar aliados, y eso es lo que han hecho. Por ejemplo, idearon El Calvario a puertas abiertas, una experiencia lúdica, un recorrido por el barrio de El Hatillo, habitado por cultores, artesanos y artistas populares.

“Para esa experiencia de un día se involucraron a las comunidades, a las universidades, a investigadores, comerciantes. 32 fotógrafos subieron ese día al barrio y registraron la actividad, lo que allí se vivió. Yo creo que a veces se necesita de muy poco para generar bienestar. El trabajo, eso sí, debe ser compartido. Tiene que haber conexión para generar una red, una red de aliados, de comunidades con una misma visión que haga posible los proyectos”.

Esta ponencia fue parte del seminario “Al rescate del Malecón. Emprendimiento y patrimonio”, realizado en Maracaibo en el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul) el 12 y 13 de mayo de 2016. Este evento fue organizado por IAM Venezuela (Institutional Assets and Monuments of Venezuela), y el Maczul. Contó con el de la Fundación Arts Connection y del ICOM Venezuela. 

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